Propicios días a todos aquellos de vosotros, pobres mortales, que hayáis tenéis la fortuna (a cuenta vuestra buena o mala) de haberos topado con éste sacro lugar.
Bienvenidos a la muerte de la razón y el sentido común. Bienvenidos a un lugar donde vuestros sentidos serán torturados y vuestra fe puesta a prueba. Donde vuestra experiencia resultará insignificante e inutil y vuestro conocimiento a todas luces irrisorio.
Bienvenidos a Ordo Ludum.